De antemano, gracias
por responder al ejercicio de análisis con sus opiniones.
Empezaré por lo
último, por el epílogo del documento, pero antes de eso, les hago saber que mis
comentarios son bajo la estructura de una respuesta amplia que pretende incluir
a todos con sus aportaciones a la discusión. No me será fácil, lo
intentaré.
Estaba a punto de pensar que nadie había puesto atención al texto final del documento que remite al autor de las líneas sobre la condición de la política en un contexto actual. Me refiero al filósofo Alain Brossat. ¿Alguien investigó quién es esa persona? Pero una de las aportaciones de (Arena de Luz) IA lo menciona y destaca la posible analogía de los idiomas. Para el caso, observen la diferencia entre el significado de la palabra en francés plèbe –plebe en español- y en inglés lo que es scum, como escoria. La analogía aquí es interesante porque podría suponerse que la barbarie emana de una condición determinada por la subversión contra los parámetros de un sistema establecido o apoyado en el poder.
El ejercicio
indica entre peticiones lo siguiente: punto 3.- Tomen en cuenta
todos los detalles del documento. En este sentido no sólo son las imágenes. Ojo
con eso.
punto 4.- Es conveniente, buscar información sobre el autor y los detalles expuestos al final.
punto 4.- Es conveniente, buscar información sobre el autor y los detalles expuestos al final.
¿Por qué me
detengo en esto? Pues porque más adelante en el curso veremos que la imagen no
sólo remite a lo que suponemos que es visual como una evidencia determinada por
lo que imaginamos o por lo que suponemos que es incuestionable en la visión.
Ahí está la frase que dice mas o menos así:
Si
acaso regresara la política
Solo
sería desde su condición de salvajismo y su marginalidad irrespetuosa
entonces,
un rumor sofocado se levantaría donde se escucharía un grito
¡Somos
escoria! ¡Somos barbarie!
Creo que uno de
los puntos de discusión inicial se ubicaron en la necesidad de definir lo que
asumimos como “barbarie”, y los comentarios al documento de Jean-Gabriel Périot
provocaron que se cuestionara si los que asumen el poder desde la subversión o
la insurgencia son los bárbaros porque rompen con un equilibrio establecido por
un poder fáctico de un Estado ¿o son estos los que tienen el poder, los que en
determinado momento asumen esa condición de barbarie?
Las líneas de
Brossat parecen invertir aquí –como lo comentó Yumnia en relación al orden de
un posible final inverso- lo que sería ilógico suponer desde el poder que sería
barbárico. De tal forma que en varios comentarios identificamos a los bárbaros
como los que protestan o los que están fuera del orden establecido. El rosario
de comentarios se inicia con una pregunta de Jainite: ¿a causa de qué se vuelve
una persona “un bárbaro”? y esto permite entrar en el campo de las definiciones
para ir poniendo en orden las ideas expuestas. Criss Vázquez alude a la idea de
que “todos somos bárbaros”; Sabina dice “El romper
con el sistema, rebelarnos físicamente contra nuestros gobernantes nos hace
caer en el salvajismo”; Viviana agrega: “Estoy de a acuerdo con Criss respecto
a que todos al final de cuentas somos bárbaros, en los ojos de alguien mas”; y en este
sentido pareciera que en el orden de significados podríamos entender que romper
el equilibrio nos pone en una condición extrema de transgresión en lo que
suponemos está afuera, allá en lo otro, en el outsider.
Una de las
preguntas obligadas podría ser ¿cómo distinguimos la distancia entre lo que
suponemos como barbarie y civilización? El apéndice del documento revela así,
una posible significación de lo que apenas unos cuantos minutos antes hemos
visto. Y nos deja con la tarea de acudir al abanico de posibles significados en
la edición de las imágenes.
No que sea
ocioso definir el concepto de la barbarie, pero quizá aquí podríamos poner más
atención a la construcción de elementos visuales en el documento de Périot.
Dejémosle por tanto en la definición cercana a lo lejano, la idea de que
el bárbaro proviene de un espacio ajeno, de lo que está en otro lado o lo que
podría suponer una invasión a lo que se reconoce como propio. El bárbaro, o su
condición, es lo que se opone a la idea de la civitas o lo civil-civilizado. De aquí la idea de que el bárbaro o
su consecuencia es lo que se confronta al orden establecido. Esto lo comento
porque creo ver en los comentarios una idea que se repite en torno a la parte
resolutiva en el documento de Périot que hace suponer que los que se levantan
contra los que tienen el poder son los bárbaros, la barbarie. Pero cuando un
país invade a otro con todo su poder militar y político que “justifica” una
guerra de unos sobre otros ¿quiénes son los bárbaros? ¿dónde ponemos pues la
semántica del concepto? O por decir ¿a cuál fórmula de interpretación
deberíamos acudir para poner en claro quiénes son los que representan a la
barbarie? Bueno, eso en cuanto a la idea que pueden tener algunos sobre las
partes que se confrontan en el documento que estamos analizando aquí.
Otro aspecto a
considerar en mi percepción sobre lo que se plantea aquí sobre el video es
que veo más descripciones que interpretaciones. El elemento cuantitativo en
este momento del ejercicio no creo que sea determinante o demasiado importante,
pues más adelante en el curso veremos si hay una diferencia entre lo que
significa interpretar una imagen y describirla. Por lo pronto, dejemos aquí el
comentario de que lo que prevalece es la descripción casi literal de lo que en
el documento vemos.
En referencia a su categorización, digamos que se trata de un corto cinematográfico. O incluso podríamos llamarlo como un video, así, llanamente. Este trabajo de Jean-Gabriel Périot se mostró en el pasado festival internacional de cine de Guanajuato, y se incluyó en un racimo de cinco cortos, así llamados, como corto-metraje. Pero claro, las sugerencias que se hacen aquí para nombrarle son válidas.
A la sazón, los
comentarios son muy interesantes, pues parece que se hace entre todos un
destripe, como si se tratara de una disección muy orgánica del documento
(Mabel); se pueden incluso contar las imágenes, cierto, como dicen aquí, que
van de derecha a izquierda ¿qué valor significativo le damos a esa dirección?
Se dice con razón, que la música incide en la edición y que es importante en la
forma en que podríamos ir interpretando el documento (Montse Ortiz) pues el
criterio subjetivo aparece con las notas de ese aparato electrónico que termina
en las cuerdas de un violoncello; (¿qué tal si vemos el video sin música, en
mute, nos pega igual?) que los rostros sonríen, hay un análisis muy válido en
los comentarios en torno a las secuencias de las imágenes, que en el traslape
se van sobre imponiendo otras; nótese aquí cuando tenemos casi diez o nueve
bandas en la edición junto con la música permite reconocer la intrusión o la
accidentada irrupción de imágenes mas grandes de rostros que usan máscaras, con
cubiertas como bandanas,
paliacates, pinturas, luego podemos describir un cambio drástico en el
movimiento.
Vayamos pues al
reloj del tiempo, justo ahí en la mitad del documento fenece un sonido que
parece remitir a un aparato que mide frecuencias cardiacas agonizantes. Aquí
podemos jugar a la idea de que justo ahí, cuando se inicia una danza, irrumpe
un cello con ciertos acordes que permiten llegar a un abrevadero o un remanso
en la dinámica del documento y ahí, en lo que suponemos que la música nos habrá
de revelar como el movimiento pausado o lento, se inicia entonces lo que
suponemos que transgrede el orden de la civilidad.
¿No les parece
esto un poco incongruente?
El video
documento se divide -como dicen varios participantes con comentarios- en dos partes que se confrontan, que
responden a intereses propios que parecen justificar ideologías, formas
sociales, una determinada idiosincrasia, niveles de un orden de grupos o
gregarios que se reconocen entre sí. El video se define –como lo describe
Alonso- a partir de los elementos sociales del poder, ya sea de los
minoritarios que están en lo alto de una columna, o ya los que desde abajo
asumen el poder de la consigna. Aunque podría parecer una narrativa clásica
(Alonso) en el formato que inicia con los que “están arriba” los poderosos
(Arena) en el poder son los que entran y los de “abajo” los oprimidos (Arena) son
los que terminan la secuencia, el esquema del documento también nos podría
poner en una lógica inversa de la condición analítica a la hora de definir
elementos visuales que le componen.
Nos encontramos
así entonces frente a un documento visual de nuestro contexto histórico cercano
o muy contemporáneo, si se me permite la redundante. Con los elementos de la
visualidad determinada por una cinemática, por una edición inteligente que
incide en el plano consciente de las emociones, y que logra captar la atención
en la dinámica de las imágenes en movimiento que están fijas (paradójico ¿no?);
en una especie de animación que proviene en esencia del animae del ícono, o de la imagen del poder. Desde el que se ejerce
en lo legítimo, y desde el que se ejerce en la transgresión de lo que se nos
impone. Mientras en el inicio tenemos a los poderosos sonriendo, poco a poco –veamos
las fotos de los grupos de la milicia- las sonrisas van desapareciendo para
esconderse detrás de una máscara o un cubre-rostro que permite en el anonimato
identificarse con el otro. Entonces, Périot cierra una vez logrado el objetivo
de irrupción con unas líneas que nos dejarán pensando en quiénes serán entonces
los que gritarían: “somos barbarie”.
Mas adelante
cuando veamos el Guernica de Picasso recordaremos de nuevo a Périot en el
formato establecido en este video, y encontraremos quizá que la música la podremos
realizar en silencio mientras describimos ese evento histórico en la infame población
española.
Bueno, hasta
aquí llego, más adelante trataré de responder a preguntas y conceptos
establecidos por los comentarios en el orden en que vayan siendo expuestos. Nos
vemos en (j)aula. Saludos.
JB
Hoy, explorando la página de Zonezero me encontré con este texto de Walter Benjamin....
ResponderEliminar"Jamás se da un documento de cultura sin que lo sea a la vez de la barbarie. De igual forma que él mismo no está libre de barbarie, tampoco lo está el proceso de transmisión en el que pasa de uno a otro. Por eso el materialista histórico se distancia de él en la medida de lo posible. Considera cometido suyo pasarle a la historia el cepillo a contrapelo".
Mm, la frase da para pensar. Y la alegoría sobre el cepillo a contra pelo pareciera indicar una lucha contra lo que el viento dirige en su vuelo.
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